Me imagino. ¡Qué delicia! No hay mejor modo para conquistar a una mujer que tirarle el humo de un cigarrillo (mejor dicho, y por lo que se ve en la publicidad: cigarro) en la cara. El maravilloso humo de segunda mano la envolverá y cual grácil fantasía de dibujo animado se transformará en una mano que la guiará directamente a tu lecho donde lamentablemente, y debido a las substancias que dicho cigarro posee, deberás hacer uso de mucha imaginación y técnicas accesorias para conseguir lo que tú ya sabes.
Todo un hombre, todo un Playboy digno de las mejores fiestas en lo del viejito Hefner y Larry Flint.
Supongo que esta publicidad era posible en los 70's, ya que ahora si le llegás a tirar el humo de un cigarrillo en la cara a alguien, aunque sea ésta una persona fumadora, podés recibir a cambio desde una invasión de bacilos provenientes de un ataque de tos de la persona afectada hasta una demanda de dos millones de dólares por catorce razones diferentes, las que pueden incluir "ceguera momentánea causada por la viscosidad del humo" y "Trauma Psicológico debido al conocimiento de que esa substancia contiene cancerígenos que podrían acarrearle la muerte, digamos, en cuarenta años".
Quien parece que leyó la publicidad y se la tomó bien en serio es éste muchacho:
Lo que no sabemos es cómo terminó el experimento, si con una perforación pulmonar a la primera pitada o con varios kilómetros de gasa furacinada en el Instituo del Quemado.
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