De acuerdo con una reciente encuesta realizada a nivel nacional: LOS DOCTORES FUMAN MÁS CAMEL QUE CUALQUIER OTRO CIGARRILLO!
¡Qué suerte tenía la gente antes! Uno podía comer como una bestia, tomar como correspondía, y fumar sin sentimiento de culpa alguno; después de todo el cáncer no era más que otro misterio insondable y el colesterol ni siquiera formaba parte de nuestro vocabulario común.
Todo estaba bien hasta que llegaron esos aguafiestas que nunca faltan y que con sus datos estadísticos y sus afanes de justicia andan por ahí amargándole la vida a la gente de bien.
Sin duda, como decía no me acuerdo quien: Todo tiempo pasado fue mejor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario