Salió un nuevo libro de Michael Moore; no creo que vaya a leerlo porque no es más que un apéndice a Fahrenheit 9/11, y también porque estoy un poco cansado de leer estas cosas y quiero volver a esos textos que me produzcan un poco de placer. Quiero tener un par de semanas masajeando los centros de placer del bocho, no sólo los de la realidad, cosa que he estado haciendo en demasía últimamente.
Pero lo que quiero compartir con ustedes es la portada del libro de Moore. Creo que el punto más fuerte del gordito es la extraña simbiosis que ha logrado entre humor y denuncia, y un buen ejemplo es (al igual que aquella publicidad de la película en la que aparecía él tomado de la mano a Bush) esta tapa que usa el mismo motivo, pero a la que creo superior.
The Official Fahrenheit 9/11 Reader
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