Modesto blog que pretende exponer las distintas vetas del odio generalizado de nuestro tiempo. La empresa es demasiado vasta para este sitio, pero el intento vale la pena.
24 nov 2004
¡Estos caramelos son una bomba!
Stephanie Boyd quizo alegrarle el día a su hijo Christopher, integrante del ejército norteamericano en Irak; así que no tuvo mejor idea que comprarle estos lindos caramelitos y enviárselos. Pero ella no fue la única, parece que las golosinas están teniendo un éxito estupendo. Madeleine DeSanno, de Pittsburgh se los envió a su sobrina, el Capitán Mary Janosov, quien se encuentra en Afghanistán: "Esperamos que ella se ría a carcajadas en lo que de otro modo es un sitio solemne y serio."
Ojo, no estoy jodiendo; esto fue dicho de verdad. Y si quieren más pueden preguntarle a Gary Apple, creador del sitio que vende loa golosinas en forma de soldaditos y sus "primos" los caza-bombarderos. "están listos para la batalla -dijo- van a pelear ahí fuera y comerse a los perdedores."
¿Y para cuando las gomitas con forma de honguito atómico, los chicles con sabor a misilazo teleridigido o los chupetines con color de quemadura de napalm? ¿Para cuando esta gente tendrá la posibilidad de sentir -aunque sea brevemente- el dolor ajeno? ¿Cuándo dejarán de burlarse de la miseria que ellos mismos crean?
Ya veo que dentro de poco va a salir en la tapa de Time un soldado americano dándole unos caramelitos a un chico en Irak mientras el epígrafe ensalzará el humanismo y la bondad norteamericana. Pero lo más seguro es que el soldado esté diciendo algo así como "Oye, cómete estos simpáticos caramelos en forma de avión; si no lo haces vendrán los aviones de verdad y tu sabes lo que eso significa, no?"
Total, eso en la foto no sale...
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