Cierta gente tiene una sólida tendencia a exponerse, a ser ellos mismos con una tranquilidad y sencillez de espíritu que sería loable si no fuera porque lo que tienen para mostrar -lo que tienen para ser; lo que son, en definitiva- no fuese tan pobre.
Estas son dos cartas aparecidas en El Nuevo Miami Herald el día de ayer. La primera de ellas es típica de una forma de pensamiento unidimensional: considerar todo como si se tratara de un partido de fútbol. "Semo lo campone, semo..." ¿Que estamos hablando de una elección presidencial y que eso tendrá una influencia enorme en la vida de millones de personas? "No importa, ¡Ganamo, ganamo!"
La segunda carta es, bueno; no hay mucho para decir. Pensamiento unidimensional en estado puro. No importa tampoco que haya una incoherencia básica entre prédica y acto; simplemente esa devota señora los días domingo, en vez de un partido de fútbol va a la iglesia, pero la actitud es la misma.
(Pensé en poner esta carta en mi otro blog, pero no quería separar una carta de la otra, además, conseguí otra muestra de pensamiento unidimensional que es perfecta para Oh, my God!).
María Laria es la conductora de un talk show; y claro, ¿Para qué vamos a intentar producir un programa cultural? Fíjense que no pido una programación cultural exclusiva, sé que el objetivo de la T.V. no es precisamente el de ser un vehículo de cultura; pero lo que pido es que alguna vez, al menos, LO INTENTEN. Estoy convencido de que poniendo un poco de empeño e imaginación se pueden hacer productos de calidad y -también- atractivos y divertidos. Ya he escrito lo que pensé luego de ver series como Sex Feet Under o Angels in America, así que, al menos, ahí tienen dos ejemplos. Pero bueno, para eso hay que poner a trabajar la imaginación, hay que escribir mucho, hay que pensar, también, hay que... Ah! caramba, ya me dí cuenta por qué María Laria dijo lo que dijo.
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