10 feb 2006

El ojo que todo lo ve.

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Ayer, mientras trabajaba, escuché en la radio una noticia que no me sorprendió; es más: la esperaba desde meses atrás. Y me explico: hace poco más de un año nos enteramos con mi esposa de la existencia, en los Estados Unidos, de los llamados "Boot Camps" ue no son más que centros de carácter paramilitar para chicos con problemas. Lógicamente que no se les enseña a manejar armas ni nada por el estilo, pero el entrenamiento que reciben es igual que el que recibe un soldado raso en el ejército. No dejó de sorprendernos que alguien quisiera enviar allí a su propio hijo, y mucho menos a un chico que tiene problemas de conducta; lo último que se nos ocurriría es enviarlo a un lugar donde la violencia es el modo que se considera adecuado para ese tratamiento; pero, como nos dijo un "amigo" republicano, nosotros pensábamos así porque somos unos "liberales incorregibles" (Aclaro: en EE.UU. un "liberal" puede ser un demócrata, un pacifista, un ecologista, un homosexual, un librepensador, un filósofo, etc. Es decir: cualquiera que desee pensar por su cuenta).
Etonces, el día miércoles 8, ocurrió lo que sabíamos que, en algún momento iba a suceder: un chico de catorce años fue muerto en uno de esos campos de entrenamiento.
La noticiadice que Martin Lee Anderson fue "brutalemente golpeado" y "arrojado como una muñeca de trapo" por oficiales del campo. Más adelante, el representante estatal Gus Barreiro dice "Es el trato más atroz que he visto jamás. Es obvio que el chico está inconsciente y siguen abusando de él".
El acto, además, fue filmado. Un video de 20 a 30 minutos de duración muestra a los agentes golpeando y ahogando a Anderson.

Encendí la TV para ver si alguien decía algo, pero no; que va. Como la noticia era muy reciente, la busqué en internet. y allí encontré algo que sí me sorprendió: Anderson no es el primer chico que muere en uno de estos campos. Encontré, por ejemplo, el caso de un chico de quince años en Missouri; otro chico de catorce años muerto en un desierto de Arizona; el caso de una chica de catorce años en South Dakota; o el caso de un chico de diecinueve años, ahogado en South Carolina.

Dos preguntas reclamaron mi atención: ¿Cómo es posible que se siga pensando que un estado de violencia constante es el mejor antídoto para chicos con problemas,precisamente, de violencia? y ¿Por qué ahora se da a conocer el caso de Anderson mientras que los otros no tuvieron la misma importancia mediática?

La respuesta a la primera pregunta, sin duda, es de carácter más amplio y delicado. Personalmente creo que la realidad de los EE.UU. nos es lo que se nos muestra y la que el resto del mundo quiere imitar embelesado. EE.UU. es un país de características fachistas donde el culto a los militares y a la guerra es un alimeto diario y donde el único valor que tanto las personas como los objetos poseen es el valor monetario (ese "amigo" republicano del que les hablé antes, se refiere a los países pobres de África y Latinoamérica como "países no viables" ya que "no producen nada que nos sirva"; etc.) Es entonces cuando un chico con problemas se transforma en un ser inproductivo y el modo más rápido para corregirlo es un campo militar. ¿Amor, comprensión, cuidados, atención? ¿Pues para qué? Eso, mis amigos, son cosas "no viables" en este mundo.
La respuesta a la segunda pregunta tiene relación con el mundo empresarial y la doy como enteramente personal: El caso de Anderson es noticia porque hay un video. tomen nota de éste artículo. ¿Cuál es la noticia aquí? No el caso de Anderson; el que ocupa un lugar secundario en el texto. La noticia es el titular: el video de la muerte en el Campo de entrenamiento no será dado a conocer enseguida".
Entonces los canales de TV bombardearán a la audiencia con "noticias de última hora", "investigaciones exhaustivas", "análisis de actualidad", "debates" y reportajes donde lo único que se buscará es tener a la audiencia "calentita" hasta que llegue el día en que se de a conocer el video y todos puedan alimentar su morbosidad disfrazada de indignación.
Y después todo quedará en el olvido, al menos hasta la próxima muerte captada en video.

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