20 ene 2006

El cometa Osama.

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El Cometa Osama, también conocido como “El Cuco Periódico”, “La Excusa Constante o “El Terminator Desértico”; apareció nuevamente con su sarta de amenazas casi puntuales y su imagen superpuesta a su voz en la T.V.
Una vez al año El cometa Osama hace su aparición mediática para provocar el pánico en la ya asustada población norteamericana. Lo curioso es que nunca cumple sus promesas; a pesar de ser el malo-más-malo de la actualidad no parece tener ni el poder ni las ganas de hacer nada más que grabar una cinta de audio cada doce meses para que los niveles (siempre altos) de seguridad de los Estados Unidos suban aún un poco más y para que los popes del gobierno salgan a hacer declaraciones (“Estamos trabajando para no permitir...”; “Vamos a asegurar...”, Etc., Etc.); declaraciones que nadie parece notar que se repiten año a año casi textualmente.
Estamos en año electoral en los Estados Unidos, así que hay que mantener a la gente bien asustadita y que vea que el gobierno (Papá Grande; El Macho de América; El Paladín de la Justicia; El Enviado Divino) está allí para cuidarlos del Cuco Terrorista, del Mostruo del Lago Ness y de los Extraterrestres.
Poco tiempo después del 9/11, se vió en T.V. un reportaje a Bin Laden, donde éste decía no tener nada que ver con el atentado del que se lo acusaba (también dijo que “quien lo había hecho lo hizo muy bien”; Así que su punto de vista quedó bien en claro), pero no deja de llamarme la atención que ahora nunca aparece su imagen unida a su voz. Siempre es una cinta de audio donde se escucha una voz cavernosa explicando casi con lujo de detalles sus planes futuros.
Realmente, esas cintas me hacen recordar los viejos capítulos de Batman o de esas series de los ’70, donde los malos ataban a los héroes a una infernal máquina, luego les explicaban todos sus planes futuros y luego los dejaban solos para que sufrieran una muerte cruel y dolorosa. Todos sabíamos lo que iba a ocurrir: nuestros héroes encontraban el modo de escapar y de fregarle los planes a los malos en cuestión, los que casi siempre escapaban para volver en el capítulo siguiente (Y en donde se veía que nada habían aprendido, ya que volvían a atar a los héroes a una infernal máquina, les explicaban sus planes, y la historia continuaba eternamente).
La verdad es que nunca pensé que me encontraría con una población tan ignorante y estúpida como para creer que esas cosas pueden pasar en la realidad. (“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida” Rubén Blades Dixit).

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