No soy alguien a quien la expresión "Todo tiempo pasado fue mejor" le parezca una muestra de ingenio ni nada por el estilo, es más, creo firmemente que todo tiempo pasado ha sido bastante peor del que nos toca vivir. Pero hay un punto en particular en donde estoy de acuerdo con esa frase que todo abuelo parece tener a flor de labios: en el arte plástico.
Hoy por hoy tengo la sensación de que cualquier cosa puede ser (de hecho, lo es) considerada como obra de arte. En éste punto estoy de acuerdo con lo que Maxx dijo en los comentarios al post anterior. En los mismos comentarios, Daniel K añadió un punto interesante: "El arte, es esencialmente comunicación: emisor (artista) + medio (obra) + receptor (espectador) = comunicación (arte). En un primer momento, la fórmula me pareció correcta; pero luego me di cuenta de que tiene aspectos demasiado amplios en dos términos de la serie:
1º) El emisor: No siempre el emisor está capacitado para producir arte.
2º) El receptor: El hecho de que una persona sienta algo con respecto a un objeto no significa que eso lo eleve a la categoría de arte, del mismo modo que porque alguien crea fervientemente en la astrología. no transforma a ésta en una ciencia ni, mucho menos, la convierte en algo digno de creer en ella.
Nótese que no toco el tema del segundo término de la ecuación, ya que si hay alguna falla en ella está en los componentes humanos no en el objeto; el que es independiente de toda argumentación.
Como ejemplos, que los hay, y en demasía, puedo citar éstos:
Sin duda, creo que el arte hoy pasa por la genial avivada de un grupo de Marchands que determina lo que debe llamarse arte y lo que no y, por supuesto, determinan cuánto debe pagarse por ello, con lo que sus comisiones se mantienen siempre a un nivel altísimo. Hoy por hoy no hace falta crear una obra de arte para ser artista, solo hay que conseguir el mote de artista (puede uno conseguírselo con los contactos adecuados) y luego puede poner cualquier cosa sobre cualquier cosa y cobrar por ello.
No exagero en este punto, hace un tiempo le preguntaron a un artista de cuyo nombre no quiero acordarme "¿Qué es una obra de arte?" a lo que muy suelto de cuerpo respondió: "Todo lo que hace un artista" (Dicho sea de paso: en ese momento el artista y el periodista se encontraban al lado de un pedestal donde había una obra del agasajado: un par de zapatitos de niño todo pintado de verde).
La solución al problema parece ser innecesaria, ahora simplemente se hace cualquier cosa (ni siquiera debe ser una obra) y luego -y aquí creo que está el punto central- debe crearse un argumento que la respalde. Y aquí bien vale retorcer el lenguaje hasta que pierda el más mínimo sentido, de hecho, eso es lo que se busca. Fíjense si no en los catálogos de las muestras de arte actuales, no es difícil encontrar expresiones como: "XXX ha trascendido las fronteras de la expresividad decadente del post-modernismo a la manera de una aquiescencia que nos retrotrae a nuestros más primitivos impulsos. XXX menos que un deconstructivista es un des-contruccionista." Y cuando dejamos de leer el catálogo para mirar la obra en sí nos encontramos con -por ejemplo- una cuchara en donde descansan dos arvejas.
Cuando digo que un artista no debe crear siquiera una obra en sí, puedo poner como ejemplo a la francesa Orlan. ¿Qué hace Orlan para ser llamada artista? Pues se somete a operaciones y las graba en video. Luego hace instalaciones con esos videos y con fotos de sus postoperatorios.
Si tienen suficiente estómago y tiempo para perder pueden pasar por la página oficial de Orlan, o pueden ver una fotos queda de ustedes la decisión.
Y para terminar, y sólo a título de curiosidad o mera diversión, les dejo unos datos interesantes:
Una empleada de mantenimiento de la Tate Gallery tiró a la basura una bolsa con desperdicios sin saber que eso era una obra de arte.
Y hablando de la Tate Gallery, ésta ha recibido no pocas críticas al premiar a Anya Gallaccio, que pintó una galería con chocolate derretido y añadió manzanas a un árbol muerto. Posteriormente tuvo lugar la decisión de dar 20.000 dólares de fondos públicos a André Stitt para dar una patada calle abajo a un envase vacío de curry. Su obra, informaba el Sunday Times el 9 de febrero, se titulaba White Trash Curry Kick (Retroceso Blanco del Curry a la Basura), y pretende abordar el tema de la «disfunción social-personal» de las juventudes borrachas los sábados por la noche.
¿No les dije que solo era necesario crear un argumento más que una obra en sí? Y si no lean lo siguiente y díganme si la relación obra-argumento no estaba clarísimo de entrada:
"Se le dieron 2.000 libras a una escritora por pintar con un aerosol las palabras de un poema en los lomos de ovejas. Según el Telegraph del 4 de diciembre, la escritora Valerie Laws afirmó que el proyecto utilizaba «el marco básico de la mecánica cuántica: aleatoriedad, influencia del observador y de lo observado, y dualidad». De este modo, admitía, una vez que las ovejas comenzaran a moverse «en poco tiempo el texto no tendría mucho sentido».
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