7 sept 2004

Peligro

Hace un par de días mi esposa me regaló un libro. Llegué a casa del trabajo y ella, afecta como siempre a las sorpresas y regalos, me esperaba con la bolsita de la librería y la mayor de las sonrisas. El libro en cuestión se llama simplemente "Patagonia", y lleva como subtítulo una expresión ambigua: "Una tormenta de imaginario".
Pero, excepto el hecho de recomendarlo efusivamente, no es del libro en sí de quien quiero hablar; sino de un pequeño detalle que encontré en la contratapa:



La verdad es que al principio me enojé, pero luego ví que no era para tanto; en realidad el logo era bastante gracioso. La espresión "¡PELIGRO!" tipo catástrofe y el librito con el rayo cruzado me hicieron, por lo menos, sonreir.
¿La fotocopia destruye al libro? Bueno, ese es otro tema.
No creo que la fotocopia destruya a ningún libro, como tampoco lo destruye el que se publiquen gratuitamente en internet. (Con respecto a esto en un excelente Blog como es "Santos y Demonios" hay una lista de "Librerías" o "Bibliotecas" virtuales desde donde se pueden bajar mucho -y buenos- libros gratis).
Estoy de acuerdo con los responsables de las editoriales de que, tanto ellos como los autores, merecen una retribución justa; pero de ahí a crear una idea emparentada con el pecado por el simple hecho de fotocopiar un libro porque no se tiene dinero para comprarlo hay mucha, muchísima distancia.
Yo recuerdo que cuando era chico y no disponíamos de dinero para comprar libros nuevos íbamos con mi hermano y comprábamos libros usados dando en parte de pago los libros que habíamos usado nosotros; libros que serían usados por otros chicos en nuestras mismas condiciones.
Ahora las editoriales han creado el libro descartable. Ahora el libro no se usa para estudiar o leer, también se escribe en él, se recortan pedazos o páginas enteras; se dibuja y, al final del año lectivo, se tira. ¿No es esa una manera más eficiente de destruir un libro que el sacar una fotocopia? Pues sí, porque no solo se destruye un libro, si no también se destruye el respeto al libro, también se destruye el amor al libro y también -y esto es lo más grave- se destruye al lector futuro.
¿Las editoriales quieren vender más libros? Pues las editoriales deberán ser más creativas e inventar formas de que la gente acceda a ellos. Venderlos más baratos sería un buen modo, pero supongo que mi ignorancia es la que me hace decir esto, ya que una idea tan sencilla ya se les habrá ocurrido a ellos, ¿No? Quizás creando la costumbre de leer en nuestros niños HOY se puedan asegurar un gran mercado MAÑANA; pero que va, eso también es demasiado obvio..
Yo siempre creí que la destrucción de los libros venía de otro lado, de las bibliotecas públicas vacías, por ejemplo; de las hogueras nazis y militares y católicas; de la bendita T.V.; de las bibliotecas decorativas (como esa señora que compró una colección completa de literatura porque "hacían juego" con la decoración de la sala); o de las editoriales que cobran demasiado por algo que debería ser de acceso masivo, o que -cuando la gente no tiene dinero para comprar un libro para que sus hijos puedan estudiar y recurren al préstamo o al canje- inventan el libro descartable.

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