Espero que conozcan a The Monty Python, si no es así andan por allí algunas de sus películas, aunque lo mejor de ellos -sin duda- son sus delirantes programas televisivos.
Pero el punto es que encontrarme con este disco me hizo recordar aquellos discos de vinilo que rondaban a los lados del Winco portátil y que hoy me encantaría tener, aunque más no sea como un objeto curioso o como un artículo casi arqueológico. Así que me puse a dar vueltas por aquí y por allá y me encontré con estas maravillas; aptas para quedar bien con el cuñado insoportable en estas fiestas que se avecinan:
"Canciones para perros gay" es fantástico. Realmente me encantaría poder escuchar alguna de estas canciones, más que nada la que le da el título al álbum. Busque en la red pero no pude encontrarla. Queda para otra oportunidad.
Y para el sobrinito caprichoso y molesto que en cada reunión de fin de año anda jodiendo a todo el mundo, desde el perro hasta al abuelo les dejo esto:
"Yo como chicos. Y otras canciones para niños rebeldes". Una joyita, vea. Y mucho más efectiva si al cantar la canción uno va afilando una cuchilla de esas que miden al menos treinta y cinco centímetros y se mira al infante fijamente y con los ojos bien abiertos; tipo Anthony hopkins en El Silencio de los inocentes.
Para el próximo post se vienen unos discos cristianos que pa' que contarles...
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